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Una trampa disfrazada de instalación.

Sobre la calzada Monterrey, frente a la Farmacia Guadalajara, un pequeño detalle que podría pasar desapercibido se convierte en un riesgo latente.

Lo que debería ser un espacio de inclusión y accesibilidad se transforma en un obstáculo, incluso en una amenaza, para quienes más apoyo necesitan.

La pregunta surge de inmediato: ¿cuándo la seguridad fue sacrificada en nombre de la improvisación?


Una instalación eléctrica fuera de lugar no es solo un error técnico; es un reflejo de la falta de planeación urbana, de la ausencia de sensibilidad y de la necesidad urgente de prestar atención a los detalles que afectan la vida diaria de los ciudadanos.